Ante la experiencia del propio pecado, a menudo confundimos arrepentimiento con angustia. Sin embargo, la diferencia es fundamental para la salud de nuestra vida espiritual: mientras que el primero es luminoso y nos impulsa a volver pronto a Dios, la segunda nos empantana en la tristeza y nos lleva a escondernos del Señor.
El autor de estas páginas, editando textos de San Francisco de Sales, nos abre con sabiduría y delicadeza el necesario arte de aprovechar nuestras faltas como un verdadero camino de santidad.
Joseph Tissot nació en Annecy (Francia) el 1 de septiembre de 1840 y murió en la misma ciudad el 2 de agosto de 1894. Fue superior general de los Misioneros de San Francisco de Sales entre 1880 y 1894. Profundo conocedor e intérprete certero del pensamiento del fundador de su congregación, sus obras son verdaderos clásicos de espiritualidad.